Clara era una gran amante de la paleontología. Sentía pasión por los dinosaurios que hace muchos millones de anos se habían extinguido. La encantaba la naturaleza y sus milagros. Toda su vida había vivido en una granja en el campo rodeada de animales y plantas. Pero, ahora, tenía que vivir en una pequeña casita, cerca de una ciudad donde sus padres encontraron trabajo. Clara prefería mil veces más la granja, puesto que en la casita el jardín era diminuto y no tenía suficiente espacio para jugar. Se pasaba el día sentada en una silla en el jardín, y, una vez allí se ponía a leer un libro titulado, Todo sobre paleontología.
Ella quería estudiar paleontología y, por lo tanto, ser paleontóloga. Tenía un perro al que quería mucho y había bautizado Triceratops, un tipo de dinosaurio que media 3m de altura y 9m de longitud. Pesaba 5500kg. Era un herbívoro y tenía grandes cuernos. Iban en grupos para protegerse de otros depredadores.
Una mañana, Clara estaba sentada en la silla en el jardín, mientras Triceratops escarbaba en el jardín. Clara estaba en el punto más interesante del libro cuando, Triceraptos vino moviendo la cola alegremente, y agarro con los dientes el pantalón para conducirla al agujero que había escarbado. Allí yacía un gigantesco hueso. Sus padres no estaban en casa y entonces Clara llamo a los expertos para que le dijesen de lo que trataba. Ellos se quedaron fascinados, porque era un fémur de Mamut. UN FEMUR DE MAMUT. La ofrecieron muchísimo dinero por el hueso, los expertos y dueños de museos, pero Clara rechazo. Ese era su fémur de mamut. Y entonces Clara supo que era una joven paleontóloga muy afortunada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario